miércoles, 26 de noviembre de 2014

La ermita de San Vicente

Bien conocida por todos los ibenses, la ermita de San Vicente se erige como la única ermita urbana de nuestro pueblo.

Fue bendecida por el vicario Mosén Esteban Lasierra el 26 de mayo de 1572. En su origen no era tal y como ahora se conoce, y a lo largo de los años se hicieron diversas obras de reestructuración y reconstrucción. En 1603 se realizaron importantes obras (dato conocido a diversas donaciones contenidas en algunos testamentos), y el 26 de abril de 1604 fue bendecida nuevamente por el rector de Castalla.

Existe un testimonio en el Libro de Visita de 1742, en el que podemos leer:
"...dicho Ilmo. Señor visitó la Hermita del Señor San Vicente Ferrer, Patrono de la referida Villa de Ibi, y halló en el Altar mayor de ella un retablo a lo antiguo y en medio de el un lienzo de San Vicente Ferrer, y dicho altar lo halló con todo lo necesario para celebrar el sacrosanto sacrificio de la Misa".

Se sabe que la ermita tuvo campana y cuatro capillas dedicadas a San Nicolás Tolentino, San José, San Antonio Abad y San Antonio de Padua, y Santa Rita de Casia.

Saqueada y quemada en 1936, fue reconstruida posteriormente, aunque fue en 1969 cuando estuvo a punto de desaparecer, pues el 9 de junio, la Corporación Municipal "acordó ceder de forma gratuita a la Delegación Local de Juventudes, la antigua Ermita de San Vicente, hoy convertida en solar... para poder edificar un Centro...".  La sorprendente decisión de nominar en los documentos a la ermita como solar, con el fin de obtener su demolición, llama notablemente la atención. Afortunadamente se pudo salvar la ermita de tal derribo.

Ya en el año 1989, concretamente el 11 de septiembre se inauguró la restauración interior de la ermita (la fachada se restauró en 1981), colocándose un retablo de madera policromada del s. XVII, y se trasladaron a ella los dos frescos del s. XVI, que fueron recuperados en 1982, y que desde entonces estaban en la Casa Gran.


Detalle de la parte superior del retablo del s. XVII, adquirido tras la última restauración.


Encuadrada en la plaza de San Vicente, la ermita tiene en su lado derecho, adosada, la fuente o abrevadero que todos conocemos. La obra es de muros de mampostería de 60 cm., y contrafuertes interiores; cubierta a dos aguas sobre cerchas y teja árabe; y se orienta según el eje oeste - este.
La fachada principal se orienta al este, es pentagonal, con frontón triangular, el cual está rematado por una cornisa salvaguas, y por una espadaña de obra, al eje de la puerta. 
Ésta, tiene hueco en arco de medio punto dovelado y jambas de sillares, así como las esquinas del frontón aligeran la sobria fachada. 

La planta es de cruz latina, mide 16,45 por 9,60 m. A los pies, la nave tiene pilares cruciformes con pilastras a la faz con plinto y capitel corintio, entablamento, cornisa, y arcos fajones de medio punto que apoyan la bóveda de cañón, que forma lunetos, con los muros por encima del acceso a las capillas entre los contrafuertes. 

Detalle del interior.
 
El crucero se cubre con cúpula sobre pechinas, la cual es ciega, con un medallón en el centro realizado en relieve y de complicado dibujo. En las cabeceras del transepto se abren sendas ventanas rectangulares. El presbiterio, elevado un escalón, tiene el testero recto en el que apoya el retablo barroco comentado anteriormente, el cual tiene una hornacina ocupada por una talla policromada de San Vicente Ferrer. A su derecha, se accede a la sacristía y al coro que se abre a la nave por un amplio hueco con balconcillo. 
Por lo que respeta al piso, las losas de cerámica roja que lo conforman, están ocultas actualmente bajo una tarima de madera.

Hoy en día, como todos sabéis, la ermita está dedicada a sala de exposiciones.

No me gustaría terminar, sin plantear algo que hace tiempo llevo pensando, al igual que mucha gente con la que he hablado lo piensa también, y es que los dos frescos que se encuentran ocultos tras paneles de madera, y que datan del s. XVI, deberían de estar expuestos a la vista de quien quisiera verlos, protegidos con las medidas que se estimasen oportunas, obviamente. Los frescos, son dos elementos de los más antiguos que tenemos en Ibi, ¿por qué no exponerlos a la vista?

Saludos, Ibi-bloggers.







Fuentes consultadas:

IBI, DE LLOC A VILA REIAL. Antonio Castelló.
LAS ERMITAS DE LA PROVINCIA DE ALICANTE . Ramón Candelas.
ENTRE EL RIU I LA VIA. CIEN AÑOS EN LA VIDA DE IBI. Salvador Miró.

1 comentario:

  1. Enhorabuena! Muy buen trabajo....se nota con cada entrada de blog que haces que amas a tu pueblo.
    Sigue trasmitiendonos como hasta ahora lo has hecho ese cariño con tus palabras.
    Un saludo.
    Un admiradora fiel a tu blog.

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