domingo, 5 de agosto de 2012

El terremoto de 1620

Después de un largo tiempo sin actualizar el blog, vuelvo a la carga para hablar de una catástrofe natural que tuvo lugar en nuestro pueblo, allá por el lejano siglo XVII, 9 años antes de que Ibi fuese declarada Villa Real.

El suceso, puso un terrible fin a aquel año de 1620, y no sólo para el pueblo de Ibi, sino para los de toda la comarca. Ocurrió un miércoles, 2 de diciembre, a -les cinch ores de la primanit- (seis de la tarde actual), el epicentro tuvo lugar en Alcoy. Existe documentación escrita de los daños que acontecieron  a diversas poblaciones, pero nos centraremos en Ibi.

Al igual que las poblaciones más cercanas al epicentro, Ibi sufrió grandes destrozos en las edificaciones, sin contar ninguna víctima mortal entre sus vecinos, aunque con graves pérdidas de ganado. El suceso fué terrible, aquel día 2 de diciembre amaneció nublado y hacía un frío intenso, con viento gélido. A medidodía la fina lluvia fué transformándose en nieve -ademés de fer tota aquella vent ab pluja y neu-, la gente abandonó las calles y se retiró a sus casas huyendo de aquellas condiciones meteorológicas.

A media tarde, la oscuridad era total, cuando de pronto un terrible estruendo seguido de la conmoción de tejados y paredes desalojó en pocos minutos a todos los vecinos de sus casas, viendo que se les venían encima.  Algunos de aquellos vecinos salieron a la calle sin vestir o con apenas ropas.
Aunque la primera intención de las gentes fué buscar refugio en la iglesia recién estrenada, la fuerza del terremoto había hecho caer uno de los arcos principales de la misma y todo el conjunto corría peligro de desplomarse.
Así que no tuvieron más remedio que reunirse en lo que hoy es la plaza de las Cortes, y encendieron varias hogueras para calentarse.
Durante la noche tuvieron lugar varias réplicas haciendo que las horas fueran interminables, pues hasta bien entrada la mañana no dejó de nevar.

Al día siguiente, el panorama era lamentable. No hubo casa que, en mayor o menor medida, no sufriera daños. La torre del campanario estaba partida, la ermita de San Vicente, reconstruida hacía poco tiempo, con graves daños, y la de Santa Lucía, derruida.
La ermita de Santa Lucía, que en esta imagen de principios del s.XX se ve al fondo a la izquierda, quedó totalmente derruida, a causa del terremoto.

Parte de la canal del tejado de la iglesia había caído sobre una casa que resultó completamente destruida.
Numerosos daños fueron contabilizados: tapiales, fuentes, solanas, chimeneas, corrales con sus animales muertos en su interior...

En fin, un suceso que Ibi tuvo la fortuna de superar sin contar víctimas mortales, y cuyo recuerdo, en documentos, nos permite recordar hoy en día los esfuerzos de la gente de aquel entonces para salir adelante y reconstruir todos los daños, que no fueron pocos.

Saludos, Ibi-bloggers !




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