jueves, 30 de septiembre de 2010

El Cargador de la pólvora

Hace algún tiempo, comentamos en este mismo blog, la función de un cargo desaparecido en las fiestas de Moros y Cristianos. En aquella ocasión hablamos de La Rodella, ahora, hablaremos de otro personaje que terminó desapareciendo: el Cargador.

Desde finales del s.XVI nos llegan datos de las antiguas Compañías que homenajeaban al Patrón en un principio, y a la Patrona (a partir de 1731), con salvas de arcabuces. Éstas Compañías desembocaron en comparsas muchos años después.
La pólvora en sí, fué prohibida desde 1737, hasta finales del s. XVIII cuando se le concede el permiso a Ibi para poder seguir utilizándola.
Pero las autoridades de aquel entonces dictarían una serie de normas o reglas para su uso, y es posible que en algún apartado de todo este reglamento se haga mención a este Cargador del que hablamos hoy.

Se trataría de una persona mayor, que sin ir con traje de festero, llevaría un recipiente con pólvora. Cada disparador de arcabuces, o tirador, iría acompañado de su Cargador.
Éstas personas mayores responsables, iban al lado del festero disparador, y llevaban un recipiente, de madera u hojalata, con su tapa que cubrían con una manta para evitar percances.
La pólvora entonces iba envasada en unos cartuchos confeccionados con papel de periódico usado, que vaciaban la carga por la boca del arcabuz.

Los servicios de estos Cargadores, eran remunerados, por el propio tirador.

Sin embargo, con la implantación del dosificador o cantimplora , el Cargador desapareció de la Fiesta y dejó de prestar su servicio a los tiradores.

Como anécdota curiosa, en el artículo que me sirve de fuente, puedo leer que se cita la fecha del 5 de mayo de 2006, como el día en que fallecía el que quizás fué el último de los Cargadores de pólvora de las Fiestas de Ibi, Francisco Valero Sanjuán.

Aunque no dispongo de mucha información sobre los Cargadores, me parecía un tema muy interesante a tratar, desde aquí, un pequeño homenaje a todos aquellos cargos que hoy ya no existen en la Fiesta.

Hasta pronto Ibi-bloggers.



Fuente: El cargador de la pólvora. Francisco Martín Ibáñez. Libro de Fiestas de Moros y Cristianos 2006
Foto: http://fotosantiguasdeibi.blogspot.com

jueves, 23 de septiembre de 2010

Biblioteca ibense (7): DEL PASADO IBENSE

Quisiera aprovechar la sección que dedico a hablar de los libros que tratan sobre Ibi, a uno muy especial, uno de mis favoritos, el cual aporta abundante e interesantísima información. Se trata del ejemplar titulado DEL PASADO IBENSE, de Antonio Anguiz Pajarón, y Carlos Cremades Marco.

Del Pasado Ibense es un libro en el que encontraremos una recopilación de trabajos y artículos de tema histórico local, que fueron apareciendo en algunas publicaciones, como Libros de Fiestas de Moros y Cristianos, un antiguo periódico local que se llamaba "Inquietud", en el diario de Levante, etc..., a lo largo de varios años, hasta 1978.

Es en dicho año cuando se presenta esta publicación, coincidiendo con el 400 aniversario de la concesión del título de Universidad de Ibi, lo cual supondría la primera desmembración de Jijona.

A lo largo de sus más de 600 páginas encontraremos artículos relacionados con hallazgos prehistóricos en la zona de Ibi, acontecimientos históricos, religiosos, relacionados con las Fiestas, culturales, otros sobre la industria ibense, e incluso un último apartado donde podemos conocer algunos detalles de la vida de personajes ibenses que han destacado de una u otra manera a lo largo de la historia.
Incluye también un desplegable con un plano del Ibi de la época, en el que llaman la atención los nombres de las calles en aquellos años.

Además, la portada y la contraportada llevan una especie de solapas en las que podemos ver una breve biografía de los autores, D. Antonio Anguiz Pajarón, y D. Carlos Cremades Marco. El primero de ellos falleció en el año 2001, dejando una serie de interesantísimas publicaciones que desde aquí recomiendo como Miscelánea Ibense, Estampas y recuerdos ibenses, Los bailes ibenses y sus coplas, o el Cancionero Ibense. Lamentablemente no pudo publicar un último libro en el que estaba trabajando cuando falleció. De Carlos Cremades Marco, sin embargo, podemos leer uno de sus últimos artículos en el libro de Fiestas de este mismo año, un interesantísimo escrito sobre el Teatro Flora.

Pero volviendo al libro que nos ocupa, no me queda más que recomendar a todo el mundo al que le interese la historia local, le eche un vistazo. A pesar de que se publicó hace 32 años, me consta haberlo visto todavía por alguna librería local, así que a ver si lo encontráis porque de verdad no os arrepentiréis.

Como dato curioso, comentar que la imagen de la portada, una vista preciosa de Santa Lucía, corresponde a un óleo, propiedad de Rafael Miró Sanjuán.



Os dejo con los datos del libro:

Título: DEL PASADO IBENSE
Autores: ANTONIO ANGUIZ PAJARÓN y CARLOS CREMADES MARCO
Año: 1978
Edita: Caja de Ahorros de Alicante y Murcia
Nº págs.: 655
Precio: 15 - 20 € aprox.



Espero que nos leamos pronto, saludos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El himno a Ibi

Mañana, cuando se pronuncie el pregón que da inicio a las fiestas de Moros y Cristianos, sonará el himno nacional.
En este blog, y como anticipo a ese pregón, sonará el Himno de Ibi.

Antes de ello, comentar que el primer acuerdo municipal para dotar a Ibi de un himno propio es del 6 de agosto de 1976, cuando se acuerda convocar un concurso para ello, lo cual no llega a prosperar, por lo que años más tarde se encarga a D.Benedicto Ripoll Martínez se encargue de la música; y al escritor, periodista y poeta D.Armando Santacreu Sirvent, de la letra.

El día 3 de abril de 1982, la Unión Musical lo interpretó de forma privada para la Corporación Municipal, y el 26 del mismo mes se grabó en una cinta, contando para la ocasión con la intervención del Coro del Colegio San Juan y San Pablo, dirigido por Sor Ángeles Blasco Sanchez.

Definitivamente, el 6 de agosto de 1982 se aprueba como Himno local, siendo presentado finalmente el 22 de ese mismo mes en los ya desaparecidos jardines de la Casa Gran.

Así que, os dejo con la grabación del himno a Ibi:



Y como no, la letra:

HIMNE A IBI

Alcem els cors per Ibi nostre poble.
Volguda terra, espill de la Regió.
Bressol d'enginy i d'homens generosos
que fan possible un mon ple d'il·lusió.

Brindem honors a Ibi nostre poble.
Solar insigne del bon treballador.
Història viva lligada a la d'Espanya
que al pas dels segles esclata en germanor.

Clamors de torns
de lluites i quefers
són cants de pau
que naixen dels tallers.

Fervor Fidel
per Ibi sempre encés,
per a seguir
la senda del progrés.

Cantem llaors per Ibi nostre poble.
I ses ermites, volgut i honrat blasó.
Castells gloriosos bordats en la bandera
que en esta vila són crit de tradició.

Vixca !
Vixca nostre Ibi !
escrit en lletres d'or !

Vixca !
Vixca nostre poble !
per sempre en nostre cor !




A todos los ibi-bloggers y a todo el pueblo de Ibi, desearos unas felices Fiestas de Moros y Cristianos, y como dice el himno... "Vixca nostre Ibi".



Fuente: ENTRE EL RIU I LA VIA. Cien años en la vida de Ibi. Salvador Miró Sanjuán.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La costera del Ravalet

Como ya se ha comentado alguna vez en este blog, la antigua carretera Alcoy-Yecla, cuando pasaba por Ibi, discurría por la actual calle Castalla, entonces sin ningún tipo de viviendas (estamos hablando de hace muchísimos años), Plaza de San Vicente, calle Mossén Guillem, Plaza de la Palla, la actual Manuel Soler, para subir por la calle San Blas (actual Ravalet), y llegar a la calle Colón (hoy Les Eres), para salir hacia Alcoy.

En la foto de la izquierda se aprecia la entonces calle San Blas, a finales del s. XIX.

Desde la zona del Derramador, y según se entraba en Ibi, era todo un contínuo ascender, y había un tramo especialmente delicado y costoso de llevar para los carros con mucho peso, se trataba del trayecto por todo el Ravalet.
Los carros cargados que venían de Castalla, ya sabían lo que suponía el subir la costera del Ravalet, cosa que debían tener en cuenta a la hora de cargar, aunque, debido a que de esta manera la ganancia sería menor, casi siempre se pecaba de exceso.
Además de ello, sabían que siempre era mejor ir cuatro o cinco carreteros juntos, para prestarse la suficiente ayuda.

Una vez llegaban al antiguo "Paraó de D. Emilio", al primer carretero le añadían dos o tres caballerías de los demás (normalemente mulos o burros), partiendo entonces hacia arriba, con la ayuda de los otros carreteros.
A lo largo del trayecto los animales eran azotados con látigos o varas finas, y se solían escuchar las palabras "malsonantes" de los propios hombres que también aportaban su esfuerzo, ayundando incluso a girar las ruedas para salir de algún hoyo, haciendo honor al dicho conocido como "tener lengua de carretero".

Estos carros disponían también de una especie de viga a la que llamaban "galga", y que entre otras funciones colocaban tras las ruedas traseras para evitar el retroceder, no olvidemos que el trayecto era cuesta arriba, aunque a veces esto ocurría, y debido al peso trasero y la pendiente, la caballería quedaba suspendida en el aire, suponiendo esto un serio peligro para los animales.

A todo este "espectáculo", casi nunca faltaban los espectadores, la gente del pueblo, que al verlos pasar, incluso se esperaban, para ver los inconvenientes que de seguro iban a sucederse.
También se daba el caso que la gente que contemplaba todo el proceso desde las ventanas de sus casas, recriminaba a los carreteros cuando las palabras ya subían de tono, o cuando castigaban en exceso a los pobres burros.

En ocasiones, también, se buscaba el zigzaguear la calle, para hacer más "fácil" el trayecto, y se veían los animales incluso encima de las aceras.

Solamente subir el Ravalet, suponía mucho tiempo, pues habían muchos parones, y cuando se avanzaba, solía ocurrir un nuevo inconveniente.

Cuando ya se había subido la calle, y el carro normalmente estaba lleno de polvo o barro, a consecuencia de los baches, se paraba el carro en la entonces calle Colón (les Eres), se desenganchaban las mulas, y junto con los carreteros, volvían al punto de partida para iniciar de nuevo otra subida, y de esta manera, hacerlo todo el grupo.
Todo esto ocurrió durante muchos años, hasta que los camiones acabaron con este tipo de transporte.

Para los que hemos nacido ya en una época donde dominaban los coches y camiones, todo esto puede resultar difícil de creer, o incluso gracioso; imagino que para aquellos carreteros no supondría una gracia el pasar por Ibi.

Un saludo, Ibi-bloggers.




Fuente: MISCELÁNEA IBENSE. Antonio Anguiz Pajarón
Foto: http://www.fotosantiguasdeibi.blogspot.com